¿Qué pasa si un producto IMMEX no se destruye ni se exporta?

El Programa IMMEX permite a las empresas importar insumos y productos sin pagar impuestos, con la condición de que sean utilizados en procesos de manufactura para luego exportarse o destinarse a un fin autorizado. 

Sin embargo, cuando estos productos no se exportan ni se destruyen de forma correcta, se generan graves implicaciones fiscales, legales y operativas para la empresa.

Entender qué pasa en estos escenarios es clave para evitar sanciones por parte del SAT, la Secretaría de Economía y otras autoridades regulatorias.

¿Cuál es el plazo para exportar un producto IMMEX?

Según el Decreto IMMEX, las empresas tienen 18 meses para exportar mercancías importadas bajo este esquema. En el caso de contenedores o maquinaria, el plazo puede extenderse hasta 36 meses, dependiendo del tipo de bien.

Este límite de tiempo es vital, ya que una vez vencido, el bien se considera fuera de cumplimiento y se vuelve objeto de regularización, pago de impuestos omitidos y sanciones.

¿Qué opciones legales existen antes del vencimiento?

Si una empresa detecta que no podrá exportar el producto a tiempo, cuenta con cuatro salidas legales válidas, siempre que se gestionen antes del vencimiento:

1. Transferencia a otra empresa IMMEX

2. Cambio de régimen aduanero (nacionalización)

3. Retorno al extranjero

4. Destrucción controlada con aval de autoridad

Cada opción requiere trámites específicos y documentación, incluyendo pedimentos, avisos y, en el caso de destrucción, evidencia física del proceso.
Puedes leer más en el artículo: Las 4 salidas legales para un producto IMMEX que no vas a exportar

¿Qué pasa si el producto no se destruye ni se exporta?

Si no se toma ninguna acción y el plazo se vence, la empresa cae en incumplimiento del programa IMMEX. Las consecuencias pueden ser severas:

• Determinación de créditos fiscales por impuestos no pagados

• Multas por parte del SAT

• Suspensión del padrón de importadores

• Pérdida del programa IMMEX y beneficios fiscales

• Auditorías más agresivas por parte del SAT o la Secretaría de Economía

El producto en cuestión puede ser considerado ilegalmente introducido al país, lo que agrava las sanciones.

¿Qué implicaciones tiene en el inventario contable y fiscal?

Mantener productos sin destino final afecta también los registros contables, ya que impide el cierre correcto del ciclo de inventario. Esto puede impactar en:

• Discrepancias entre los inventarios reportados ante el SAT y la realidad operativa

• Pérdida del derecho a deducción en caso de obsolescencia

• Riesgos en dictámenes fiscales y en devoluciones de IVA

Por eso, muchas empresas optan por destruir el producto con apoyo de una empresa autorizada. Puedes revisar aquí un ejemplo de cómo hacerlo correctamente: Check list para destruir productos obsoletos con deducción fiscal (nofollow)

¿Se puede destruir un producto IMMEX para cumplir con la ley?

Sí, pero bajo ciertos requisitos. La destrucción debe realizarse con aviso a la autoridad, acompañamiento documental (acta notarial o de fe pública) y evidencia del proceso. Además, debe generarse un pedimento de destrucción y una bitácora de residuos si aplica.

Destruir sin notificar puede generar sanciones e invalidar la destrucción como salida legal.

Por ello, lo recomendable es contratar una empresa especializada que cuente con los permisos y experiencia para ejecutar destrucciones bajo el marco legal.

Preguntas frecuentes

¿Puedo hacer un ajuste después del vencimiento del plazo?

No. Una vez vencido el plazo, solo queda regularizar el producto con pago de impuestos y recargos.

¿Qué pasa si ya pasó el tiempo y no me han auditado?

Aunque no se detecte de inmediato, el SAT o la Secretaría de Economía pueden auditar retrospectivamente, especialmente si ven discrepancias en inventarios.

¿Se puede usar la destrucción como estrategia fiscal?

Sí, pero solo si está debidamente notificada y documentada. De lo contrario, el SAT puede rechazar la deducción.

¿Qué documentos debo conservar tras una destrucción IMMEX?

• Pedimento de destrucción

• Acta de fe pública o notarial

• Bitácora de residuos

• Evidencia fotográfica y de traslado

• Factura o servicio de empresa autorizada